Escasos minutos faltaban para la hora señalada: 8:30 p.m., y debía llegar... pasara lo que pasara.
Hecha un desastre para la ocasión, no podía faltar a la cita, había prometido estar allí. Con los zapatos y jeans empolvados por los extensos trayectos recorridos, llegué al lugar donde me esperaban Rosita y Daniel, los recién casados ante la ley.
Allí estaban en un cálido rincón rodeados por familiares y amigos, elegantemente ataviados. Y aunque desentonaba, el afecto que sentía por ambos, afecto más fuerte que mi vanidad, se impuso.
Alegre fue el recibimiento, Daniel me presentó como su "mejor amiga". Merecedora o no de tal título, sentía profunda alegría por los dos. No sólo se casaba mi mejor amigo de la adolescencia, sino que se casaba con una dama maravillosa, cuya historia personal me recordará siempre a "La Novicia Rebelde".
Fieles católicos, tras largo tiempo de romance; ella, ex novicia de una congregación de monjas; él, músico destacado, decidieron unirse después de estar plena y totalmente convencidos de que se aman por encima de cualquier limitación, sean éstas de la naturaleza que sean.
Al mediodía de aquel sábado 29 de mayo, en una boda masiva, juridícamente ya eran una sociedad conyugal. Y ambos, en agradecimiento y obsequio, cantaron para todas las parejas que corrían la misma suerte. Poseedores los dos de preciosas voces, durante la ceremonia que los uniría formalmente, se obsequiaban a sí mismos.
Por la noche, la celebración se realizó con brindis y cena, en medio de las bromas y un afecto desbordante en las miradas y frases que los recien casados se profesaban. El fondo musical en voz de Andrea Bocelli acompañaron la charla y chacota, mientras de un bocado la cena desaparecía.
Familiarizada con el reciente esposo, a quien conozco desde los 14 años, pensé en la importancia que tiene un momento como aquél para la vida de dos personas que deciden llevar juntos una vida en la cual se complementan uno y otro. El ingrediente más importante: el Amor. No menos importante: la afinidad. Ambos enseñan a niños, comparten la actividad musical y el anhelo de conformar una familia.
La tarea desde ahora para ambos: RENOVAR DÍA A DÍA ESTE COMPROMISO con ABSOLUTA DISPOSICIÓN. Porque de olvidar el compromiso asumido, que es como suele ocurrir, toda unión se rompe con el tiempo y la distancia.
No pude quedarme con ellos toda la noche, como era mi deseo, pero me esperaba la ducha, un buen café y la paz de haber logrado estar presente junto a dos almas como estas pocas a las que podemos llamar "buenos amigos".
Porque hay que ser valiente para dar inicio a una aventura como ésta, les felicito a ambos, segura de que lo lograrán.
Y bien, si me preguntan cómo me fue el fin de semana, contestaré: Fue un sábado de recorridos por el desierto... donde el oasis anhelado me lo brindó el compartir junto a viejos amigos un momento importante. Un domingo como todos, junto a la flor del estudio...
Algo así como un libro de anotaciones, cuyo bolígrafo es la experiencia personal..., la cual comparto con amigos, no tan amigos y curiosos.
31 may 2010
28 may 2010
FIEL A DIOS Y A NOSOTROS MISMOS
Alguna vez, sumidos en las más recónditas reflexiones, sentimos que no pertenecemos a ninguna parte y, a la vez, nuestro sentir se orienta hacia todos sin diferencia alguna.
Pese a ese cansancio propio de los trotes en una Lima resaqueada de tanto tráfico, la noche de ayer ví una película que refería a la vida de Sir Thomas More, muy diestro en el ingenio para desenvolverse entre los hombres y fiel a Dios. Por esta última cualidad sería condenado a muerte y canonizado después.
Me cayó en gracia el agudo ingenio de este personaje, así que me propuso el ánimo investigar sobre este personaje en el Wikipedia, en ese recorrido hallé su inspiración en la vida de otro personaje desconocido para mí: Giovanni Pico della Mirandola. Porsupuesto, con un click, su vida se develó ante mi curiosidad.
Y este pensamiento suyo me cautivó:
Cuando Dios ha completado la creación del mundo, empieza a considerar la posibilidad de la creación del hombre, cuya función será meditar, admirar y amar la grandeza de la creación de Dios. Pero Dios no encontraba un modelo para hacer al hombre. Por lo tanto se dirige al prospecto de criatura, y le dice: "No te he dado una forma, ni una función especifica, a ti, Adán. Por tal motivo, tú tendrás la forma y función que desees. La naturaleza de las demás criaturas, la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitantes de acuerdo a tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te he hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra, ni del cielo. De tal manera, que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos.
Épocas van y épocas vienen. La lucha es una, la de nuestro propio interior. Sir Thomas More fue fiel a Dios siendo fiel a sí mismo, cuando todos aquellos que le rodeaban en la más indigna de las ventas, otorgaron su conciencia al rey. More, maestro en las leyes de su tiempo, defendió su posición ganándose la admiración de sus contemporáneos, colocando en su escala de principios primero a Dios, luego los hombres. Temía más por su alma que por su bienestar pasajero en la tierra.
En un mundo escaso de ejemplos, la inteligencia de este personaje me motiva en los estudios de Derecho que por ahora llevo.
Nos hacen falta hombres como éstos. Si conocen alguno, no sean ingratos, prensentenlo ante mí con la celeridad de una liebre que alegre corre por la pradera.
Así es como comienzo este espacio, mi espacio, para dialogar con los amigos que tengo lejos, a quienes amo con el alma, para permanecer juntos pese a la separación fortuita de la distancia y el tiempo.
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