Atados, así vivimos en este mundo en el círculo infinito de una sed inclemente, como el placer que aprisiona mentes y corazones, diversos y confusos, sin guías y sin paz.
La soledad, matriz de nuestros deseos, nos conduce algunas veces a la desesperación insoluta de quien se abandona a la posesión de bienes y de seres-objeto para engaño propio pues nada ni nadie nos pertenece.
Con cuánto dolor suelo toparme en mis andares en aquellos rostros que a diario veo, angustiados como si fuesen a dar un terrible examen y no estuviesen preparados para ello, como si al no lograr lo que desean fuesen a morir inevitablemente, y ¿cómo no caer en tal engaño si todos siguen la misma ruta?. Ver un rostro feliz es tarea difícil, hagan la prueba, ensimismada va la mayoría, mientras muchos otros anhelando ser ellos mismos se refrenan por un papel aprendido en el tiempo, papel difícil pero no imposible de romper.
Cuando endurecida por fuerza de arrastre en aquellas angustias me siento, pienso entonces en que el origen de todo dolor es el apego a lo material, reconozco estar equivocada en tomar en serio el hecho u objeto, y dejo ir aquello que aprisiona. De esta forma, me concedo libertad ya que somos nosotros quienes elegimos sufrir o no, vivir con felicidad o no.
En aquella inclemencia nos sumergimos tantas veces que no nos damos cuenta de ello, es como entrar al mar y haber perdido control sin lograr salir de él, hasta que sientes la necesidad de respirar y con esfuerzo luchas por salir de él, ésta es la única salida para vivir de verdad. Si sientes gran presión en la vida, libérate de ella, abraza tus fortalezas y halla tu propio camino, para felicidad propia y de todos los tuyos y también ajenos a ti. Porque si tu camino es verdadero serás feliz y con solo esto harás feliz a muchos.
No lo olvides, a mayor apego mayor dolor. ¿Apego a qué? Puede ser a una persona, a un bien material o inmaterial, como por ejemplo el tiempo, casi siempre sentimos que no tenemos tiempo, o la paciencia suficiente para escuchar a otro que lo requiere con urgencia. O el trabajo, ese puesto ansiado pero que escapó de las manos por una jugada del destino. Cuando las cosas no salgan como tanto deseas, ríete, pues existe una voluntad mayor a la tuya, voluntad incuestionable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario